La historia de esta poderosa Centella Ndoki, surge emanada del Congo; en se cuenta que en un lugar donde la tierra estaba dividida por la presencia de dos ríos, se dio un gran remolino, donde ese encontraban en contienda dos tribus de los antiguos habitantes de ese territorio.
Para aquel entonces, este remolino envolvió a los guerreros que estaban dando batalla, dejándoles envueltos en color marrón con lo cual no podían ser divisados por sus enemigos, lo cual facilito que esta tribu pudiese ir diezmando a cada uno de los guerreros del bando opuesto.
A la final se logra la victoria, por parte del ejército que estaba pintado color rojo sangre, y llega a su lado una mujer de tez color ébano, provista de un báculo con varias Kiumbas que le colgaban y con cintas marrones y moradas. Fue recibida por el rey de esta tribu, quien era Nkulu, el cual le sentó en un círculo hecho por una fogata, que era el lugar para las mujeres.
El rey le pregunta entonces quien es y de donde viene; a lo cual ella responde con las siguientes palabras: “soy el ruego de tus hombres, aquella que siempre está a tu lado, quien por ti se escapa, soy la noche sin luna ni estrellas, aquella a la que ejercito jamás ve, pero que está siempre en tus batallas; ellos creen en mí, pues soy la muerte hecha mujer”.
Luego de esto el rey se retira a descansar pero en la mañana encuentra, que esta mujer aún se encontraba, donde la había dejado y por ello le pregunta extrañado. ¿Qué quieres de mí?, a lo cual ella le responde. Que simplemente lo quería a él, pues se había enamorado de su fiereza, su inteligencia, sagacidad y lealtad para con toda su tribu.
Ella estaba prendada de la sabiduría y justicia de este rey, y quería poder aprender de su tribu a ser tan fiel como lo eran ellos; pues necesitaba conocer cómo se podía evitar el temor a la partida o a la llegada a su propio reino, que era el cementerio, conociendo además como era tener alegría y felicidad.
Es por ello que el rey Nkulu le toma como esposa, que sería ya la número nueve y esto lo hace tomando la decisión, luego de nueve días, mientras resuena una gran centella, apareciendo en ese momento, nueve montones de oro, que son los dotes de esta nueva reina, la más joven de todas sus esposas.
Esta esposa daría a su rey nueve hijos, de los cuales serían cuatro hembras y cinco varones. El primero de ellos que sería varón, estaba destinado a heredar todo este reino, que es precisamente el de los Zulu. A la reina se le llamo Centella Ndoky, como homenaje a la centella que dio origen a las riquezas recibidas.
El rey siempre utilizaba de forma sabia la centella en las batallas, al igual que el remolino de Nfumbis, como una forma en la que podía proteger a todo su pueblo. Pero Centella Ndoki, comienza a tener problemas con este mismo pueblo, nueve días después de la partida del rey Nkulu; todo ello a causa de las otras esposas, siendo desprestigiada y olvidada por todos.
Es entonces el momento en que Centella Ndoki decide dirigirse a ellos y manifestarles, en el campo Finda. Ustedes me han enseñado mucho, más aun su rey, pero ahora se están demostrando lo que es la traición, y me han hecho presa de ella; por ello me voy, pero siempre me verán, pues no dejare de verlos.
Yo me voy para unirme a quien, nunca más me voy a separar, y que unido a mi seremos uno, para que puedan escuchar mi voz, pues ahora debo ser yo quien los acepte o no. Dicho esto se dio vuelta, y quedo rodeada por el remolino de Nfumbis, y luego en una centella desapareció.
Desde aquel entonces la Centella Ndoki existe, y puede ser venerada para pedirle sus atenciones, siendo el lugar donde se le encuentra el cementerio, como la ama de los Nfumbis, que son los muertos o sus espíritus y el campo de Finda, que no es otra cosa que el propio cementerio.
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