Sembrar una Ceiba tiene su propia ceremonia que implica responsabilidad para toda la vida de parte de los ganguleros que participen en dicha ceremonia es una cuestión, ustedes cuidan y veneran a la Madre Ceiba y ella a cambio los protege. Sembrar una Ceiba no es únicamente ir abrir un hueco en la tierra y ya, hay una ceremonia que se realiza para dicha siembra que varia según la casa de palo y sus costumbres.
El creyente que siembra este árbol contrae un compromiso de gran envergadura. A menudo se dice que "se sacramenta con la ceiba", de manera que ese lazo le brindara protección de por vida y también le obligara a pagar determinados tributos. En ocasiones se ponen de acuerdo cuatro personas para sembrar y bautizar una ceiba. Cada una aportara tierra de cuatro lugares distintos: norte, sur, este y oeste. Una vez plantado el árbol, cuyo ritual debe culminar antes de las doce del día, se procede a la fiesta, puesto que ha nacido un niño, se toca el tambor y se baila en celebración del bautismo. Los que participan en la siembra juran alimentarla cada año en esa fecha. De esa consagración dependerá en adelante el curso de su suerte y de su salud.
Al pie de la Ceiba los paleros enterramos diferentes herramientas o poderes por una cantidad de días específicos para que estos cojan la fuerza necesaria que le transmitirán los ancestros por las raíces, adicionalmente muchas nzaras se realizan al pie de la ceiba dando menga a la misma para que ayude con el trabajo en cuestión.
Generalmente se le da de comer a los muertos en la Ceiba porque arriba del árbol está sentada una santa que llama a los espíritus, a todas las ánimas. Se hace un trazo en la tierra, y sobre este trazo se pone siempre de preferencia en una jícara o en un plato blanco nuevo la comida que más le apetecia en vida sin sal, agua, café la bebida de su agrado y también el tabaco, se encienden cuatro velas y se llama al difunto.
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