lunes, 2 de agosto de 2021

LA SOCIEDAD SECRETA DE LOS ABAKUÁ O ÑÁÑIGOS

 PRIMERA PARTE

Con la llegada a América, España inició el proceso de colonización y explotación de las tierras del Nuevo Mundo. Debido a la exterminación de los indios, para los colonizadores se hizo indispensable la utilización de la mano de obra que fue llevada forzosamente a América a través de la trata de África, así pues, el empleo de esclavitud negra sirvió para la explotación de las nuevas posesiones que garantizaron el enriquecimiento de los conquistadores y sus naciones.

Las cifras de esclavos que llegaron a Cuba con la trata, nos dan una idea de la magnitud de la presencia africana en la isla caribeña y de la gran variedad étnica ahí presente, la cual contribuyó de manera substancial a la amalgama cultural cubana, aportando elementos culturales desiguales que en el contexto caribeño se superpusieron entre ellos y con la cultura de los colonizadores.


Ejemplo de esto son las religiones aún presentes en Cuba, las cuales juegan un papel importante en la construcción de la identidad de la isla como son la Santería de origen Yoruba, el Palo Monte que procede del área Bantú, la Regla Arará que viene del Dahomey .

La Sociedad Secreta Abakuá nace de la evolución en Cuba de la africana Sociedad del Leopardo Ekpe. De hecho, representa la fusión en tierra americana de los cultos de las antiguas culturas del Calabar, región africana ubicada en el sureste de Nigeria

La Sociedad Secreta Abakuá, representa así la fusión africana de las culturas pertenecientes al Calabar cuya región abarca desde Nigeria hasta Camerún. Todas estas etnias fueron agrupadas en Cuba bajo el nombre de carabalí y comprende a los grupos o tribus más importantes de esa zona los Efik, los Efo y los Oru, estas tres grandes tribus son poseedoras del secreto en el que se basa la religión Abakuá. 

La sociedad secreta Abakuá se desarrolló en Cuba hacia el 1820 y encontró rápidamente adeptos entre los negros, esclavos o no, los mulatos e incluso algunos blancos de extracción humilde de La Habana y Matanzas, aunque éstos no eran admitidos hasta muchos años más tarde, solo se les reconocía como simpatizantes. 

Éstas agrupaciones de ñáñigos, como se les llamaba corrientemente con desprecio, se denominaban Potencias o tierras, Juegos, Partidos.

La cofraternidad siempre tuvo por objeto, prestar ayuda económica a sus integrantes en momentos de necesidad, con el producto de cuotas mensuales se aseguraba un fondo común; y en lo secreto, protegerlos por medio de una alianza con poderes espirituales contra peligros tales como maleficios, ataques de brujos que se valen de fuerzas maléficas para obstaculizar la suerte, arruinar la salud y el alma, provocar la enfermedad y la muerte y causar todo género de desgracias.


Los obonekues o miembros de la cofradía deberán amarse y servirse como hermanos y guardar la más absoluta reserva sobre el culto a Ekue y los ritos herméticos de la cofraternidad, este es el primer compromiso que se adquiere al iniciarse. La liturgia se celebra a puerta cerrada y solo entre los miembros, todo en el interior de la Fambá o cuarto Sagrado destinado al Secreto, en las casas que ocupan las Potencias.

Los signos que se dibujan en el cuerpo del recipendario para las pruebas de iniciación los unirán hasta la muerte y más allá de la muerte, a la fuerza misteriosa que veneran, a los espíritus de sus antepasados y a sus hermanos de religión, con lazos más estrechos que los de la sangre.

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